Día con día, los individuos adquieren mayor conciencia de la diversidad de situaciones en que se muere hoy. Es un hecho conocido que los sorprendentes avances de la medicina y la tecnología permiten prolongar la vida de muchos enfermos en condiciones que, en ocasiones, implican un enorme sufrimiento para ellos. Muchas personas se ven obligadas a vivir sus últimos días de una manera que les resulta indigna. Por esta razón, cada vez son más los individuos que quieren asegurarse que, en la etapa final de su vida, se respetarán sus decisiones sobre los tratamientos que desearían recibir, así como sobre los que rechazarían.

Sin embargo, muchas personas reconocen que no tienen la garantía de que se encontrarán mentalmente capacitadas para asumir la responsabilidad sobre tales decisiones cuando éstas sean necesarias. Saben que pueden estar mentalmente incapacitadas o imposibilitadas para comunicarse y entonces otros deberán decidir por ellas y será mucho mejor si, para ello, pueden basarse en la voluntad que las mismas personas hicieron explícita cuando aún podían.

La importancia de contar con un documento en el que esté claramente expuesta tal voluntad se vuelve particularmente importante si consideramos que la gente tiene conceptos muy distintos del significado de vida digna. Vivir dependiendo por completo de otros, padecer dolores insoportables, estar conectado a máquinas para sobrevivir, tener incontinencia o sentirse inútiles son ejemplos de formas de vida que, cuando son irreversibles, diferentes personas querrían evitar por considerarlas indignas. Otros individuos querrían evitar vivir la etapa final en estado inconsciente. Ahora bien, cada una de estas condiciones podría ser aceptable para otras personas que encontrarían algún sentido en vivir así.

El uso del Documento de voluntad anticipada se ha extendido en diferentes países porque responde al interés de respaldar el derecho del paciente a ejercer su autonomía dentro del contexto de la atención médica. Supone, además, sustituir el modelo del paternalismo por otro modelo basado en el consentimiento informado.

De acuerdo a éste, es el paciente quien decide y comunica a los profesionales de la salud que le atienden qué quiere y qué no quiere que le hagan. Esto es particularmente importante en situaciones en que los médicos se verían inclinados a actuar para prolongar la vida utilizando la tecnología biomédica.

Por todo lo anterior, el Colegio de Bioética, A.C. presenta un modelo de documento de VOLUNTAD ANTICIPADA SOBRE EL FINAL DE MI VIDA con el fin de ofrecer a las personas un instrumento que les ayude a redactar su voluntad acerca de las atenciones médicas que desearían recibir, o no, en caso de padecer una enfermedad irreversible y encontrarse incapacitadas para expresarse por sí mismas. Este modelo servirá de base para que cada persona elabore su propio documento con todas las especificaciones que juzgue conveniente.

Para la elaboración de este texto de presentación y del modelo de documento de voluntad anticipada, el Colegio de Bioética, A.C., ha consultado la experiencia de diversas agrupaciones a las que expresa su reconocimiento: Grupo de Opinión del Observatori de Bioética i Pret, de Barcelona; la Fundación Pro Derecho a Morir Dignamente, de Colombia, la Asociación Derecho a Morir Dignamente, de España.

INSTRUCCIONES PARA ELABORAR UN DOCUMENTO DE VOLUNTAD ANTICIPADA SOBRE EL FINAL DE MI VIDA

1.- Es recomendable que el otorgante lea cuidadosamente el modelo del documento, lo comente con una persona de confianza y se asesore por algún médico para adaptarlo a su caso personal. Para ello es necesario que reciba información, lo más completa posible, sobre las enfermedades y condiciones médicas que podría padecer y sobre los grados de incapacidad que podrían generarle.

2.- Puede modificarse cualquier aspecto de su contenido y añadir cualquier consideración que parezca oportuna al otorgante. Con este propósito se puso el apartado de “Instrucciones adicionales”. Algunas personas han expresado en él su voluntad de donar órganos, han especificado si desean ser trasladadas a un hospital o ser atendidas en su domicilio, si quieren recibir asistencia religiosa, si quieren que se avise a alguna persona cercana, etc.

3.- El documento puede ser revocado en cualquier momento, pero solamente por el otorgante, en forma oral o escrita.

4.- Es necesario designar un representante y además un substituto por si se diera el caso de que aquél se viera imposibilitado de ejercer su función. El representante será la persona encargada de resolver cualquier duda en la interpretación de la voluntad del otorgante. Es importante que los dos representantes designados sean personas de máxima confianza para el otorgante.

5.- Es muy importante que el otorgante explique ampliamente a los representantes (representante y sustituto) su intención al otorgar este documento y las funciones que espera que cumplan. También es necesario que los representantes reciban información completa sobre las enfermedades y condiciones médicas que podría padecer el otorgante y sobre los grados de incapacidad que le generarían.

6.-Es conveniente que los testigos no tengan intereses patrimoniales ni testamentarios en la sucesión del otorgante.

7.- Hay tres formas de validar este documento. a. Formalizarlo ante notario; b. Firmarlo delante de dos testigos mayores de edad, con plena capacidad para tomar decisiones y de los cuales, al menos uno no tenga relación de parentesco –hasta el segundo grado- ni vínculos patrimoniales con el otorgante; c. Firmarlo delante de dos testigos y formalizarlo ante notario.

En cualquier caso es importante que el otorgante converse con sus familiares cercanos sobre el contenido de este documento y que estos guarden una copia del mismo para evitar conflictos cuando llegue el momento de cumplir su voluntad. También es muy recomendable que el otorgante informe su médico de la existencia de este documento y le dé una copia del mismo.

8.- El otorgante debe asegurarse de llenar debidamente todos los datos sobre el nombre, documento de identificación, domicilio y teléfono de sus representantes, así como el lugar y fecha en que se firma el documento. Debe anotar el nombre y documento de identificación de los testigos y recopilar la firma de sus representantes y testigos, junto con la suya.

9.- En caso de que el otorgante quiera incluir la opción de revocar esta declaración de forma escrita, al final del documento se sugiere un apartado con tal propósito. Será conveniente que incluya, además de sus datos y firma, el nombre, identificación y firma de un testigo.