El Área de Derechos Sexuales y Reproductivos del Programa de Derecho a la Salud nació en el 2009 con un propósito específico: construir, dentro de la academia jurídica mexicana, un espacio propicio para abordar los debates relativos al género, la sexualidad, la reproducción y la familia, desde la perspectiva de los feminismos y otros estudios sobre el tema. No es que, hasta entonces, no haya existido en el campo jurídico un análisis de estos temas —al ser regulados por el derecho, siempre han sido parte del estudio jurídico—, sino que no existía un discurso específico en torno a los mismos; siempre quedaban subsumidos dentro de las materias jurídicas tradicionales —como la familia en el derecho civil, la equidad en el trabajo en la regulación laboral o lo reproductivo en la normatividad administrativa de los servicios de salud. Entre otras cosas, el abordaje tradicional de estos temas comenzó a mostrar claras deficiencias para explicar —o justificar, dependiendo de cómo se conciba a la labor académica— los cambios en la regulación que han ido aconteciendo en las últimas décadas, especialmente en los últimos años. En los medios como en los tribunales, los juristas se convirtieron en protagonistas de los debates políticos y sociales más álgidos en torno a la definición y redefinición de la sexualidad, el género, la reproducción y la familia, pero mostraban importantes deficiencias en su aparato teórico, no sólo para resolver estos debates, sino incluso para articularlos.

La despenalización del aborto en el primer trimestre del embarazo, la posibilidad de reasignar el sexo, así como el matrimonio entre personas del mismo sexo, son sólo tres ejemplos de transformaciones radicales que han ocurrido en los últimos tiem­pos. Su importancia no estriba solamente en la regulación específica que reflejan —se puede interrumpir legalmente el embarazo o no; se puede reasignar el sexo o no; puede haber un matrimonio entre dos personas del mismo sexo o no—, sino el discurso que las fundamenta: uno que es constructivista de la sexualidad y el género, por un lado, y constitucionalista en su traducción jurídica, por el otro. Para muestra, un botón: el Amparo Directo Civil 6/2008, resuelto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en enero de 2009, versó sobre la posibilidad de cambiar de sexo y de mantener este cambio privado (fuera de los documentos de identifi­cación oficiales). En este fallo, la SCJNpresenta un concepto de sexo, de género y de sexualidad por demás heredero de los estudios que se hicieron sobre dichos temas en los setenta y ochenta: el género y la sexualidad como constructos sociales comple­jos —que se alimentan de la medicina, el derecho, la psicología, etcétera— que dotan de significado a los cuerpos, sus deseos, sus prácticas y sus comportamientos. ¿Qué significado es el que debe prevalecer? La SCJN ofrece una respuesta: el que la pro­pia persona construya. ¿Por qué razón? Porque es la única forma de respetar el de­recho a la dignidad humana y proteger el libre desarrollo de la personalidad. La forma en que la Corte abordó el problema de fondo contrasta directamente con la tradición formalista y esencialista que todavía domina al discurso jurídico y, en especial, a sus vertientes judicial y académica.

Estudiar estas transformaciones y propiciar su examen, decíamos, configura uno de los ejes torales del Área. Para ello, se busca gestar una masa crítica dentro de la academia jurídica mexicana, propiciando la formación de un cuerpo de académicos que cuente con las herramientas adecuadas para hacer frente a la tarea de nutrir a los alumnos de derecho que habrán de operar las instituciones en los años venideros; y, por añadidura, formar un cuerpo de abogados capaces de articular los problemas en forma consistente e informada.

De aquí nacieron los cuatro pilares que sostienen al Área: la docencia, la investi­gación, el litigio y la creación de espacios de debate. El Centro de Investigación y Do­cencia Económicas —en particular su División de Estudios Jurídicos, fiel a la vocación crítica e innovadora que le inspira desde su fundación— se mostró como el lugar ideal para desempeñar las nuevas actividades y contribuir, con ello, en la construcción de este importante campo del saber jurídico.

En el 2009 se impartió el primer Seminario de Derechos Sexuales y Reproduc­tivos, único en México (actualmente ya en su cuarta edición). Se integró un equipo —pequeño— de investigadores y asistentes de investigación, para comenzar a pro­fundizar en el conocimiento de las transformaciones del régimen jurídico de la sexua­lidad, el género, la reproducción y la familia en México. Junto con la Clínica de Inte­rés Público del CIDE, se lanzaron estrategias de litigio para sumar, a la transformaciónacadémica del Área, la experiencia en los tribunales, especialmente en cuanto corresponde al derecho decidir en cuanto a la diversidad familiar. Y, por último, en el 2010 se creó el Taller de Derechos Sexuales y Reproductivos: el espacio para dialogar so­bre la temática que nos ocupa.

El diagnóstico del que partimos es que existe un atraso general y marcado de la academia jurídica mexicana en materia de derechos sexuales y reproductivos. El pro­pósito del taller, en consecuencia, es exponer a la academia jurídica mexicana —tan­to a los profesores como a los alumnos— los debates que se están dando actual­mente en torno a estos temas en otras disciplinas o en el campo del derecho, pero de otros países. De ahí la estructura de las ponencias y el origen de los especialistas: Martín Hevia (Universidad Torcuato Di Tella, Argentina); Rebecca Cook (Universidad de Toronto, Canadá); Bernard Dickens (Universidad de Toronto, Canadá), y Katheri­ne Romero (Women’s Link Worldwide, Colombia), quienes fueron convocados para compartir las experiencias de otros países en torno a los derechos sexuales y repro­ductivos. La contraparte mexicana, y ajena a la academia jurídica, fue representada por Marta Lamas (Instituto Tecnológico Autónomo de México); Rodrigo Parrini y Ana Amuchástegui (Universidad Autónoma Metropolitana~Xochimilco); Corina Giacomello (Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM), y Adriana Ortiz Ortega (también de la UNAM). Desde sus respectivas disciplinas, jurídicas y no jurídicas, cada ponente expuso su trabajo en una sesión de dos horas, durante la cual, además, dialogó con un público compuesto, primordialmente, por feministas, personal del sector de salud pública y alumnos de la Licenciatura de Derecho del CIDE. Las ponencias y debates fueron transmitidos en vivo por internet, y allí archivados1 para maximizar el acerca­miento con nuevos públicos.

Las participaciones de los conferencistas, convertidas en artículos, integran estas memorias del CIDE Taller de Derechos Sexuales y Reproductivos 2010. Esperamos que nuestros lectores disfruten con la riqueza y diversidad —tanto temática, como dis­ciplinaria— que constituyeron las sesiones, ahora a través de la lectura.

Por último, queremos agradecer a la Fundación Ford, sin la cual este proyecto — el Área, en sí misma— no hubiera sido posible o siquiera concebido, y al International Reproductive and Sexual HealthLawProgramme, de la Universidad de Toronto, que ha servido como inspiración, guía y apoyo para el proyecto que aquí se construye.

Tabla de Contenidos

Í N D I C E

Presentación

Alejandro Madrazo Lajous Estefanía Vela Barba

Introducción

Cecilia Garibi González

Tráfico Internacional de estupefacientes y mujeres: de contenedores de drogas

a contenido de la prisión
Corina Giacomello

Transgresiones normalizadas: consumo, mercado y sexualidad en México

Rodrigo Parrini Ana Amuchástegui

Conexiones y rupturas entre legalización del aborto e igualdad sustantiva

Adriana Ortiz Ortega

Laura Olivia Martínez Montes

El secreto profesional médico: justificación, límites e importancia en la salud

sexual y reproductiva
Martín Hevia

La estereotipación poco ética de la mujer en la salud reproductiva

Rebecca J. Cook Simone Cusack Bernard M. Dickens

Objeción de conciencia

Bernard M. Dickens

Algunas notas sobre la transexualidad y el fenómeno trans

Marta Lamas

Dimensiones de la violencia sexual institucional en los centros educativos

Katherine Romero

Colaboradores